Más que una carrera: Del sueño de la infancia a un negocio próspero

Más que una carrera: Del sueño de la infancia a un negocio próspero

5 de febrero de 2025 | Navar Maarri


La vida de Zahraa Omar cambió el día que tuvo que abandonar su hogar en Alepo. Nunca imaginó que lo que se suponía que iba a ser una corta partida se convertiría en años de desplazamiento.

Nacida y criada en una familia conservadora, Zahraa siempre creyó en la educación como camino hacia la independencia. Luchó por estudiar Derecho, a pesar de las dudas de su padre, y acabó licenciándose en 2008. Pero incluso con un título, trabajar como abogada no era fácil para una mujer de su comunidad.

Su vida dio un giro desgarrador cuando presenció cómo una amiga de la infancia perdía la vida porque la vieron hablando con un joven. La tragedia la conmocionó profundamente y alimentó su determinación de convertirse en abogada, con la esperanza de defender a quienes no podían defenderse por sí mismos. Pero su padre insistía en que su educación era sólo para el conocimiento, no para la práctica. Aún así, Zahraa persistió, ofreciendo ayuda legal desde casa hasta que un cliente elogió su trabajo delante de su padre, cambiando su perspectiva para siempre.

Entonces llegó la guerra. Zahraa y su familia huyeron a Gaziantep, Türkiye, casi sin nada. Lo único que llevaba consigo era una bolsa con sus certificados. La vida en un nuevo país no fue fácil. Tenían poco dinero, y Zahraa y su hermana trabajaban en talleres de costura para mantener a su familia.

Decidida a recuperar el control de su vida, Zahraa se arriesgó. Pidió prestado dinero al amable propietario de una tienda turca y empezó un pequeño comercio de vaqueros. Trabajó sin descanso, devolvió el préstamo en dos meses e incluso obtuvo beneficios. Animada por su éxito, amplió su negocio al comercio de telas, colaborando estrechamente con talleres sirios. Sin embargo, cuando aumentaron las restricciones fronterizas, tuvo que interrumpir sus actividades comerciales. Tras alejarse del comercio, Zahraa inició su propio negocio de consultoría, prestando servicios de derecho contractual, acuerdos comerciales y normativa empresarial. Con el tiempo, estableció fuertes vínculos con clientes sirios y turcos, ayudando a salvar la brecha entre las dos comunidades empresariales. En 2022, registró oficialmente su empresa de consultoría, Zahraa Danışmanlık.

Durante su matrimonio, Zahraa desarrolló otra pasión: las plantas. Llenó su casa con 92 plantas, creando un espacio que le aportaba calma y paz. Sin embargo, el terremoto de 2023 destruyó todo lo que había cultivado. A pesar de la pérdida, empezó de nuevo, reconstruyendo su colección y convirtiéndola en un vivero casero. Lo que empezó como un interés personal se convirtió poco a poco en un pequeño negocio.

En la actualidad, Zahraa sigue dirigiendo su empresa de consultoría, asesorando a empresas en asuntos jurídicos y comerciales, al tiempo que explota su vivero. Tiene cuatro empleados.

A través de sus luchas, Zahraa se convirtió en la principal proveedora de su familia cuando su marido perdió su negocio. Concilió el sustento de su hogar y la ayuda a sus padres mientras seguía construyendo sus sueños.

Zahraa se unió al programa de Building Markets e Islamic Relief USA para apoyar a las empresas propiedad de mujeres en las regiones afectadas por el terremoto. Uno de los principales servicios de los que se benefició fue la tutoría financiera, que la ayudó a identificar los errores contables que afectaban a su negocio. Al abordar estos problemas, aumentó sus beneficios en un 30% y recuperó 4.000 dólares en pérdidas innecesarias en sólo un mes y medio. Con una mejor gestión financiera, pudo reinvertir en su negocio y planificar su expansión.

Ahora, Zahraa sueña con ampliar su vivero e iniciar la producción de setas. Al mismo tiempo, ve una creciente necesidad de servicios de consultoría jurídica y comercial en Siria y planea ampliar allí su empresa de consultoría. Cuando las condiciones lo permitan, quiere establecer una presencia en Siria y vincularla a sus operaciones en Turquía, ayudando a las empresas a aprovechar las oportunidades transfronterizas.

Su mensaje a otras mujeres es claro:

"Cuando llegué a Türkiye, sólo tenía la ropa que llevaba puesta y un poco de dinero. No tuve más remedio que buscar la manera de sobrevivir. Como hija mayor, sabía que tenía que mantener a mi familia. Aprendí que cuando prestas atención a las necesidades que te rodean y trabajas duro, las oportunidades llegan. La vida cambia, y nosotros debemos cambiar con ella. Aunque empieces poco a poco, el trabajo te da dignidad, independencia y la fuerza para labrarte un futuro."

Hoy, su padre, que antes dudaba de ella, es uno de sus mayores apoyos y está a su lado con orgullo mientras ella sigue creciendo.

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